Reseñas: Clásicos Marvel # 8 y 9, Caballero luna.

Estos son unos de los cómics a los que más cariño les tengo, ya que forman parte de los recuerdos de mi más tierna infancia. Se trata de los números 8 y 9 de la colección Clásicos Marvel, dedicados en ésta ocasión al caballero oscuro de la Casa de las Ideas, el Caballero Luna.

La primera vez que los leí fué en edición retapado, con una aventura del Doctor Extraño metida por el medio a modo de complemento. Pero el devenír del tiempo y las cribas de cosas antíguas que ya sólo servían para acumular polvo hicieron que este, como tantos otros cómics que poseía desaparecieran sin el más mínimo rastro aunque recientemente he podido recuperarlos junto con algunos otros, a Ebay y otras tantas casas de segunda mano grácias.

La susodicha edición corría a cargo, como no, de Forum, y era aproximadamente el año 1989, e incluía los números USA Moonknight 29 y 30.
En esta historia, Marc Spector alias Caballero Luna
( alias Steven Grant, alias Jake Lockley ) se encontraba de nuevo con Jack Russell, el Hombre Lobo, que perseguido por una secta satánica que quiere utilizarlo acude desesperado a su encuentro para que le ayude, como lo hizo años atrás cuando apenas se acababa de convertír en lo que es y el grupo llamado El Comité quería usarlo también, para lo que utilizó al citado Caballero Luna, que les traicionó ayudándolo, aunque como descubriríamos tiempo después, Spector nunca estuvo con el Comité, sino que quería reducirlo.
Fantástico el dibujo de Bill Sienkiewicz, autor que comenzó siendo un calco de Neal Adams, al menos en sus dibujos de superhéroes, pero que acabó demostrando que no es nada convencional, con largos trazos, gruesas pinceladas y un uso del claro oscuro genial; admirábles sus obras a color. Este autor, ahora de culto, llevó a los cómics un estilo bastante alejado del academicismo clásico que muestran incluso a día de hoy algunos artistas de la viñeta. Quizás Steranko hiciera algo parecido, aunque él tambien mostraba cierto academicismo; algo muy característico de él a la vez que innovador son esas composiciónes vertiginósas, esas caras que se repiten en espiral, todo muy acorde con las características visiones provocadas por el consumo de L.S.D. en los liberales años 70, cuando surgieron los movimientos hippies, pacifístas y todos los demás -istas. (Paz, hermano).

El guión corre a cargo de Doug Moench, cocreador del personaje junto a Don Perlin, en las páginas de Werewolf by night, en los 70, si no me equivoco.
Hablaré más profusamente del plateado en próximas entregas de Mis personajes (y personajas) favoritos. De momento me despido hasta mañana. Asi que, si me queréis...írse, como dijo Lola. Pero volved mañana, claro. Aaadiós.